lunes, 4 de octubre de 2010
jueves, 30 de septiembre de 2010
Vicente Guerrero Saldaña.
Nacido en la población de Tixtla, en el actual Estado de Guerrero, el 10 de agosto de 1782, en el seno de una familia de arrieros, comerciantes y militares. Sus padres fueron Juan Pedro Guerrero y María Guadalupe Saldaña. Pasó sus primeros años ayudando a su padre y tíos en los oficios y negocios de su familia. Aunque general y erróneamente se cree que el oficio de arriero que ejercían varios miembros de su familia le presuponían un origen humilde que le cerró la oportunidad de realizar estudios avanzados (recibiendo solo la educación más elemental en la parroquia de su ciudad natal), esta concepción se debe a una disfasia conceptual temporal. Durante la época virreinal, el ser arriero de oficio y bien establecido permitía privilegios como el de poseer animales de carga (mulas y caballos), portar armas (para protegerse de los salteadores de caminos), ejercer el comercio y tratar directamente con los comerciantes más ricos. Así pues, la prosperidad de su padre como arriero, comerciante y armero, la posición de su tío Diego Guerrero dentro de la milicia española, y el empeño de su familia le permitió una educación de lo más completa para la época a través de profesores particulares.
Tras estallar la guerra de Independencia, en Técpan fue testigo del arribo de las tropas de José María Morelos e Isidoro Montes de Oca, siendo ahí mismo convencido de unirse al movimiento. Comenzó su carrera militar a las órdenes directas de Hermenegildo Galeana en el año de 1810. Con el grado de capitán el Gral. José María Morelos lo comisionó para atacar la población de Taxco. Vicente Guerrero se distinguió en la batalla de Izúcar, el 23 de febrero de 1812, donde comandados por el General Mariano Matamoros derrotaron al General Brigadier Ciriaco del Llano. Continuó bajo las órdenes de Morelos, siendo comisionado para combatir en el sur del estado de Puebla. Con la derrota sufrida en la Batalla de Puruarán, Morelos lo comisionó a combatir en los estados del sur de México, a donde se dirigió llevando consigo sólo un asistente. A comienzos de 1816, con la muerte de José María Morelos, la mayoría de los jefes insurgentes se retiran de la lucha y esta declina. A pesar de ello, Guerrero continúa su lucha en los estados del sur de México en el periodo llamado de Resistencia. Fue derrotado en la Batalla de Cañada de Los Naranjos, aunque luego venció a Zavala y Reguera en Azoyú. El 30 de septiembre de 1818 logró la victoria en la Batalla de Cerro de Barrabás ante las fuerzas realistas que eran comandadas por José Gabriel de Armijo y el 5 de diciembre de 1819 logró escapar de las fuerzas realistas después de ser derrotado en la Batalla de Agua Zarca. Estando la lucha insurgente en decadencia, Juan Ruiz de Apodaca decide ofrecer el indulto para aquellos que dejaran la lucha, siendo muchos los jefes independentistas que comenzaron a rendirse.
Su padre, Pedro Guerrero, que se había vuelto partidario del realismo español, fue enviado por el Virrey Apodaca para intentar convencerlo de que depusiera las armas y aceptara el indulto. Nada hizo cambiar las ideas del general insurgente, ni siquiera los ruegos de su padre, de rodillas y con lágrimas en los ojos, a los que Guerrero repuso: "Señores, éste es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado, pero la patria es primero".
Guerrero, a pesar de contar con muy pocas tropas, continuó manteniendo su foco de insurrección junto a Pedro Ascencio en la zona montañosa del estado que hoy lleva su nombre, Guerrero. Después de haber sido atacado por el ejército realista al mando de Agustín de Iturbide, que en varios encuentros no pudo derrotarlo Iturbide le propuso declarar conjuntamente la separación de España. Guerrero acepta y su acuerdo se sella con el llamado abrazo de Acatempan el 10 de febrero de 1821. Para el 24 de febrero se promulga el Plan de Iguala con el cual se unen los ejércitos (insurgente y realista) formando así el ejército de las tres garantías o Ejército Trigarante. Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entra a la Ciudad de México desde diferentes rumbos, formando una columna al frente de la cual iba Agustín de Iturbide, terminando así la guerra de Independencia de México
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